ABC Técnicas de aislamiento


Cuando en el huerto existen riesgos de polinización cruzada entre diferentes variedades de la misma especie, es necesario aislarlas para conservar las características propias de cada variedad. Para ello se pueden usar varias técnicas de aislamiento.

Aislamiento espacial

Se puede simplemente cultivar una sola variedad de cada especie por parcela. Se puede hacer lo mismo en otra parcela lo suficientemente alejada, evitando de este modo las fecundaciones cruzadas entre las variedades.
Las distancias de separación se indican para cada planta. Estas también dependen de factores ambientales y del tipo de polinización. Si son los insectos los que polinizan, unos centenares de metros de distancia bastarán. Por el contrario, si la polinización es realizada gracias al viento, se debe prever una distancia mucho más grande. Un seto espeso, por ejemplo, disminuirá enormemente los riesgos de transporte del polen por el viento y por los insectos.
Si los cultivos de semillas se rodean de flores, los insectos se sentirán atraídos, evitando que se desvíen hacia otras plantas productoras de semillas.

Aislamiento temporal

Se pueden escalonar los períodos de cultivo de dos variedades de una misma verdura. Las floraciones no se darán al mismo tiempo y no habrá riesgo de cruce. Se pueden, por ejemplo, cultivar dos variedades de lechuga en la misma parcela. Una, sembrada mucho antes, estará en flor mientras que la segunda estará aún en estado joven. Sin embargo, es necesario conocer bien el ciclo de la planta y la duración de su periodo de floración.

Aislamiento mecánico

Una malla mosquitera es un gran aliado para producir semillas con total seguridad. Es una malla muy delgada que se debe elegir en función del tamaño de los insectos y su objetivo: impedir que los insectos entren, o bien retenerlos en el interior. Las diferentes mallas pueden ser utilizadas de diversas maneras.
Es posible colocar la malla alrededor de una sola flor. Esta técnica se utiliza con las flores hermafroditas y autofecundas, para una producción de semillas en pequeñas cantidades. Se elige una flor que aún no se haya abierto y se envuelve con un pedazo de malla que se amarra con una pequeña atadura de manera que ningún insecto pueda entrar. Hay que quitar la malla cuando la flor se marchite, para que el fruto pueda desarrollarse. Es importante marcar el fruto reservado para producir semillas.
Se puede así mismo, poner una malla en torno a toda una rama o toda la planta. Antes que nada, se deben eliminar las flores abiertas que podrían haber sido polinizadas por los insectos.
La instalación de soportes con mallas o de túneles mosquiteros es muy eficaz para la producción de semillas a mayor escala.
Se reagrupan las plantas hermafroditas y auto-fecundas bajo el mismo túnel mosquitero, con el fin de protegerlas de los insectos.
Para las plantas alógamas, que necesitan la presencia de insectos para ser fecundadas, se introducen colmenas de abejorros en el interior del túnel, para que polinicen las plantas. Evidentemente, se cultivará una sola variedad por especie. Para aprovechar la colmena, es preferible tener un gran túnel con muchas plantas productoras de semillas.
También se pueden utilizar mallas mosquiteras abiertas de manera alternada para multiplicar, en un mismo huerto, dos variedades de plantas alógamas de la misma especie, por ejemplo, dos calabacines de variedades diferentes.
Sin necesidad de colmenas de abejorros, se puede cultivar bajo un túnel de malla mosquitera una variedad de una especie y en otro túnel, otra variedad de la misma especie. La apertura de los túneles se alterna día de por medio, mientras las flores se abren: el primer día se abre el túnel 1 y se cierra el 2 y al día siguiente, se hace lo contrario. Los túneles deben abrirse temprano en la mañana, pues en verano los insectos comienzan muy temprano su jornada de trabajo y deben cerrarse tarde, cuando ya no se oigan zumbidos en el cultivo. Con este método, se constata una baja en el número de flores femeninas polinizadas y por lo tanto, en el número de frutos. A pesar de ello, la naturaleza es muy generosa y se podrá cosechar la cantidad de semillas necesaria para los próximos años.

Cuando en el huerto existen riesgos de polinización cruzada entre diferentes variedades de la misma especie, es necesario aislarlas para conservar las características propias de cada variedad. Para ello se pueden usar varias técnicas de aislamiento.

Aislamiento espacial

Se puede simplemente cultivar una sola variedad de cada especie por parcela. Se puede hacer lo mismo en otra parcela lo suficientemente alejada, evitando de este modo las fecundaciones cruzadas entre las variedades.
Las distancias de separación se indican para cada planta. Estas también dependen de factores ambientales y del tipo de polinización. Si son los insectos los que polinizan, unos centenares de metros de distancia bastarán. Por el contrario, si la polinización es realizada gracias al viento, se debe prever una distancia mucho más grande. Un seto espeso, por ejemplo, disminuirá enormemente los riesgos de transporte del polen por el viento y por los insectos.
Si los cultivos de semillas se rodean de flores, los insectos se sentirán atraídos, evitando que se desvíen hacia otras plantas productoras de semillas.

Aislamiento temporal

Se pueden escalonar los períodos de cultivo de dos variedades de una misma verdura. Las floraciones no se darán al mismo tiempo y no habrá riesgo de cruce. Se pueden, por ejemplo, cultivar dos variedades de lechuga en la misma parcela. Una, sembrada mucho antes, estará en flor mientras que la segunda estará aún en estado joven. Sin embargo, es necesario conocer bien el ciclo de la planta y la duración de su periodo de floración.

Aislamiento mecánico

Una malla mosquitera es un gran aliado para producir semillas con total seguridad. Es una malla muy delgada que se debe elegir en función del tamaño de los insectos y su objetivo: impedir que los insectos entren, o bien retenerlos en el interior. Las diferentes mallas pueden ser utilizadas de diversas maneras.
Es posible colocar la malla alrededor de una sola flor. Esta técnica se utiliza con las flores hermafroditas y autofecundas, para una producción de semillas en pequeñas cantidades. Se elige una flor que aún no se haya abierto y se envuelve con un pedazo de malla que se amarra con una pequeña atadura de manera que ningún insecto pueda entrar. Hay que quitar la malla cuando la flor se marchite, para que el fruto pueda desarrollarse. Es importante marcar el fruto reservado para producir semillas.
Se puede así mismo, poner una malla en torno a toda una rama o toda la planta. Antes que nada, se deben eliminar las flores abiertas que podrían haber sido polinizadas por los insectos.
La instalación de soportes con mallas o de túneles mosquiteros es muy eficaz para la producción de semillas a mayor escala.
Se reagrupan las plantas hermafroditas y auto-fecundas bajo el mismo túnel mosquitero, con el fin de protegerlas de los insectos.
Para las plantas alógamas, que necesitan la presencia de insectos para ser fecundadas, se introducen colmenas de abejorros en el interior del túnel, para que polinicen las plantas. Evidentemente, se cultivará una sola variedad por especie. Para aprovechar la colmena, es preferible tener un gran túnel con muchas plantas productoras de semillas.
También se pueden utilizar mallas mosquiteras abiertas de manera alternada para multiplicar, en un mismo huerto, dos variedades de plantas alógamas de la misma especie, por ejemplo, dos calabacines de variedades diferentes.
Sin necesidad de colmenas de abejorros, se puede cultivar bajo un túnel de malla mosquitera una variedad de una especie y en otro túnel, otra variedad de la misma especie. La apertura de los túneles se alterna día de por medio, mientras las flores se abren: el primer día se abre el túnel 1 y se cierra el 2 y al día siguiente, se hace lo contrario. Los túneles deben abrirse temprano en la mañana, pues en verano los insectos comienzan muy temprano su jornada de trabajo y deben cerrarse tarde, cuando ya no se oigan zumbidos en el cultivo. Con este método, se constata una baja en el número de flores femeninas polinizadas y por lo tanto, en el número de frutos. A pesar de ello, la naturaleza es muy generosa y se podrá cosechar la cantidad de semillas necesaria para los próximos años.

We use cookies to store your preferences of navigation on the website. We don't use any trackers or advertisers.

Close